Mientras en Río Mayo podrían iniciar acciones de fuerza, en Sarmiento los empleados municipales evalúan los pasos a seguir. Ambas localidades comparten preocupaciones por la falta de cumplimiento de acuerdos y obligaciones por parte de los municipios.
Ayer los referentes de los sindicatos municipales expresaron a Crónica sus inquietudes.
Acuerdos sin firmar por la agenda del intendente
En el caso de Sarmiento, Miguel Sáenz lamentó que “el problema más grave es que se dilata mucho el cierre de acuerdos”. Por ejemplo, dijo que desde julio esperan que se concrete el pase a planta de 16 trabajadores, acordado en ese momento pero que “no se logra concretar”.
El representante de los municipales sarmientinos relató que “si bien no hemos tenido inconvenientes en las discusiones, va muy lento el cumplimiento de los acuerdos”.
La inquietud se profundiza porque este mes está prevista la mesa paritaria para acordar la pauta salarial del segundo semestre del año, pero “nada se hace efectivo”. Sáenz dijo que “el gran problema de hoy es que está pendiente una suma no remunerativa que tenemos por la amplia agenda del intendente que tiene que viajar mucho” y los acuerdos quedan pendientes.
El entrevistado dijo que actualmente, Sarmiento tiene 150 empleados de planta y otros tantos contratados.
Río Mayo: “charlamos muy lindo, pero las soluciones no llegan”
En Río Mayo, mientras tanto, Néstor Biss –secretario del Sindicato de Empleados Municipales, SEM- comentó que “hace cuatro años que no nos dan ropa de trabajo y aunque venimos cobrando aumentos provinciales, es insuficiente para la zona”.
Por eso, ayer se desarrollaba una asamblea a última hora para “volver sobre estos temas porque la gente está cada vez más desesperada por la situación que se da”. Biss rescató el diálogo con el intendente de Río Mayo, “pero creemos que ha llegado el punto final para solucionar los problemas”, apuntó.
El secretario del SEM dijo que con Gabriel Salazar “charlamos muy lindo pero las soluciones no llegan”. Además, recordó que la Municipalidad tiene 60 empleados de planta y 120 contratados aproximadamente. El resultado es “la precarización del trabajo en un municipio que para algunas cosas es grande y en otras no nos fijamos”.
Ante ese escenario, Biss no descartaba que en las próximas horas se decidiera un paro u otras medidas de acción directa.
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