Julio César Ferreira alquila desde hace cuatro meses una vivienda en la calle 554 del barrio San Cayetano. El lunes por la tarde, sin importarle los riesgos, rescató de la casa de al lado a Omar Antileo, quien estaba atrapado por el fuego y ahora pelea por su vida en la sala de terapia intensiva del Hospital Regional.
Sobre las 16:50 del lunes, cuando la vivienda de la calle 554 a altura 2.248 en la que reside Omar Antonio Antileo (38) se incendiaba, Ferreira acudió de inmediato al lugar para tratar de ayudar.
Un diario de Trelew había publicado ayer que Ferreira había salvado a un bebé de las llamas, pero eso fue desmentido a Diario Patagónico por la policía de la Seccional Sexta y por el propio Ferreira. Dicho bebé se encontraba en una casa contigua y nunca corrió riesgo.
“Llamen a los bomberos, llamen a los bomberos”, gritaba desesperadamente una joven, lo que alertó a Ferreira, quien salió rápidamente de la vivienda donde alquila y se metió sin importarle nada en la casa que se incendiaba.
“Entré a la casa y ya el humo era muy espeso, salía del baño, en el baño era el fuego mayor. Salí corriendo para afuera, porque era muy fuerte el humo. Agarré un balde de agua y lo tiré adentro del baño porque el fuego mayor estaba ahí y el hombre supuestamente se quemaba en ese lugar” relató Ferreira.
Sin embargo, no podía ver casi nada por el humo. Entonces, “salí corriendo, me puse un paño mojado en el rostro y agarré la manguera. Ahí llegó otro vecino con una manguera, las unimos y entré de vuelta. Encaré el fuego menor en la cocina, mientras el humo se propagaba muy fuerte” continuó narrando Ferreira.
Contó que en ese momento atinó a apagar las cuatro hornallas de la cocina. “Es que giraba la perilla y la misma no cortaba”, confesó. Luego junto al vecino que había llegado con una manguera rompieron los vidrios de una de las habitaciones para que saliera el humo que invadía la casa y que no lo dejaba respirar. Debió volver a salir para cambiarse el trapo en la cara y se metió nuevamente a enfrentar las llamas cuerpo a tierra por el suelo. “Los desodorantes explotaban en las habitaciones”, escuchaba.
“Entre el humo lo alcance a ver (a Antileo) que salía prendido fuego. Le alcancé a ver los brazos quemándose, estaba encendido, se estaba quemando, le tiré agua, le apagué las llamas y lo saqué para afuera. En la desesperación me metí hacia las habitaciones por si había chicos”, comentó.
El hombre que nació en Comodoro Rivadavia, pero se crió prácticamente en Lago Blanco comentó que decidió entrar a la casa “por la vida humana, podría haber chicos adentro, y dije o me quemo yo o salvo a los chicos que habían adentro, si es que habían, porque se escuchaban unos gemidos, y bien al fondo, me encontré que era un perro y me arriesgué”, manifestó.
El perro grande y malo del vecino, se encontraba atrapado por el fuego y el humo. Con agua y caricias finalmente Ferreira logró sacar al perro del peligro. Lo ayudó también otro vecino.
“Quería que el fuego no se extienda a las otras casas, y cuando controlamos el fuego con el otro vecino, ahí llegaron los bomberos, y comenzaron a apagar el fuego del baño y de las piezas”, narró.
Antileo, informaron ayer fuentes policiales, era conocido en la cuadra por haber protagonizado un caso policial hace años, cuando se atrincheró en su vivienda y tuvo que ser sacado a la fuerza por el Grupo Especial de Operaciones Policiales luego de un tiroteo. Ferreira no lo conocía, pero tampoco dudó en salvarlo.
La víctima del incendio fue trasladada hasta el Hospital Regional, donde hasta ayer al cierre de esta edición permanecía internado en la sala de terapia intensiva con pronóstico reservado. Antileo sufrió graves quemaduras en su cuerpo y el humo le afectó las vías respiratorias. La policía investiga las causas del siniestro.
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