La verdad no sé por dónde empezar, son muchas las cosas que decir, se me mezclan emociones, tengo la sensación de regresar en el momento mismo que escribo a esos días con un sabor y un color que jamás olvidare, no puedo describir los porque sé que no me entenderán pero puedo decirles que el viento patagónico, estoy seguro, sabe de que hablo.
Para ir directo al punto, primero les cuento que vivo en Charata Chaco, soy locutor y productor, mi esposa se llama Karina Rojas, es periodista y locutora (cosa que no le gusta mucho lo último, si investigar…), tengo 3 hijos (Walter, Gastón y Milagros) soy amante de los deportes (básquet preferentemente) me gusta la vida tranquila y la mayoría de mi familia está en un pueblo a 17km llamado Gral. Pinedo. Siguiendo con mi relato de vivencias frías y no tan frías de Rio Mayo les cuento que llegue en 1988 y estuve hasta diciembre de 1991, imposible olvidar la llegada, una madrugada de un clima poco conocido para una familia que llegaba del caluroso norte argentino, recuerdo la casa en el barrio militar, (mi viejo es retirado del ejército) todo muy nuevo, muy distinto; una alegría tremenda. El caminar pasando el puente viejo por primera vez para ir de compras al pueblo, el paisaje tan diferente y desconocido, la gente que empezaba a descubrir y los lugares que ya jamás olvidaría: el gimnasio, el club, el autoservicio Hermida, la plaza y el ojo de mar (decían que era muy profundo) y lo que más me cautivo: esos cerros dueños del tiempo y de mil historias que solo los que nacen en esos pagos saben la valor místico que poseen. El comienzo de clases en el Gregorio Mayo…y claro el chico nuevo, estaba como perro en cancha e’ bochas; la alegría de encontrarme con un chaqueño que fue el primer compañero con el que hable (será casualidad o el destino...) y que llegue a estimarlo como un hermano, ya que éramos seis hasta entonces en la flia. Luis, Hugo, Horacio, Gabriel, Carlos y yo (ahí nació después Leo, un chato mas, ja ja…) y ya en el Chaco Fede, el ultimo. Un chango, como decimos en el norte, sencillo y predispuesto a ser amigo y del cual guardo recuerdos entrañables, su nombre es Gustavo Lavia (espero que no haya cambiado… si no lo quemé mal, ja ja…) de una familia excelente, bien provinciana, con la esencia del Chaco en sus rostros, y con una amabilidad que muy pocas veces encontré en tantísimas personas que conozco. No podía dejar pasar este párrafo querido “Chaco” sin decirte lo mucho que te aprecio hermano.
Y bueh, como ya estamos grandes para mariconeadas sigo con mi historia; claro! faltaba el gran fenómeno por descubrir: la nieve, la ansiedad y la desesperación por ver nevar era propia de un nene que espera su juguete prometido, y cuando por fin cayo la primer nevada, uh! Es como si ustedes vengan a las cataratas del Iguazú (que las conozco y son una maravilla) y vuelvan a contarles a su gente, que a lo mejor nunca puedan conocerlas, así exactamente fue esa sensación que tuve aquella vez; es un tesoro de mi vida la imagen, que en estos momentos tengo en mi mente, de esas noches cuando veía a través de la ventana de mi habitación la postal blanca que me devolvía el paisaje nevando muy lentamente. Y bueno es así amigos! Para ustedes es común, para nosotros los que nunca más volvemos a ver nieve, eso es imborrable.
Los torneos de futbol en el gimnasio (Copa Challenger), los bingos bailables, Isidoro (ja ja…existe todavía?), me acuerdo del amigo Ivanoff, el Festival Nacional de la Esquila, las estudiantinas, las salidas con los muchachos a el bar Ayones (si mal no recuerdo), el Hotel Covadonga, el pub de El Gallego, las “reuniones” en la casa de Cuchita (Javier Mansilla), los compañeros del curso, a ver si me acuerdo de algunos, Gustavo Lavia, “Chaco” lo nombré, Marcos Murua, Cristian Marin, Javier Mansilla, ;aria Rosa Cerda, Iris Brito, Juan Cruz Gómez (hijo de la directora, el padre estaba a cargo del Covadonga), Eduardo Lobos….mmm… algunos eran hijos de militares, como yo, y no me acuerdo bien, en fin tantos compañeros del secundario y conocidos que en este momento no me acuerdo de todos.
Bueno amigos, tengo miles de cosas más para contarles, pero sé que no puedo pasarme; pero si el amigo responsable del blog me permite seguir publicando mis textos en otra oportunidad les prometo seguiré contando. Para mí es un placer poder haber hecho contacto queridos lectores y amigos, estoy muy agradecido a Dios, reitero, por estas vueltas de la vida, y para todos aquellos (sobre todo compañeros del secundario, Promo 91-92) que quieran contactarse les dejo mi mail y numero de cel.
Desde la distancia un abrazo grande. Pazzzzz!!!!!
Diego D. Duarte
Locutor y Productor
Mi correo: diemillgas@hotmail.com
Mi nro.: 03731 15627568
Web: www.portalcharata.com.ar (portal con noticias de mi ciudad)
3 comentarios:
Uh ke bueno lo ke contas, soy del N tambien y vivi hace unos años en Rio Mayo, mi nombre es Marcelo. Te escribo a tu correo asi nos ponemos en contacto y recordamos...ja ja
Hola, che, que bueno, gracias por tener esos lindos recuerdos de mi Río Mayo. La etapa del secundario es la más linda. Ojala tus ex-compañeros se comuniquen con vos. Yo cuando vos ingresabas en el secundario estaba en 5to. Soy Lic. en Comunicación Social, por lo tanto sos colega. Te voy a escribir cuando vuelva a la radio, vivo en Comodoro Rivadavia, así intercambiamos información. Chau saludos a la familia
Hola, Yo tambien pase por rio mayo, y veo que tus compañeros de secundario fueron los mismos que los mios, seguro que vos entraste cuando yo ya me había ido, porque no te recuerdo.En tus comentarios nombrás a mis amigos, ojalá que por este medio pueda contactar a alguno de ellos, yo también guardo recuerdos maravillosos de ese lugar. Soy Maricel Valero, Licenciada en Educacíon Física y este es mi correo maricelvalero@hotmail.com escribanmeeeeee!
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