martes, 16 de diciembre de 2008

Parece que nos hemos equivocado

Confesó, transcurrido un año, el Concejal del Oficialismo Alberto Mazquiaran al hablar del proyecto que fuera de su autoría en relación a los caballos sueltos en la vía pública.
En la hora de preferencia de la sesión del 04 de diciembre presentó otro nuevo proyecto, esta vez tiene que ver con la construcción de una guardia en el cementerio local, esta vez como corresponde, con presupuesto. El mismo está en manos de la oposición para el estudio y aporte correspondiente.
Aprovechando el uso de la palabra el edil Provechista no dejó de narrar que a su proyecto de tener a los caballos encerrados fracasó en manos del ejecutivo. En este sentido comenzó diciendo que “parece que nos hemos equivocado un poco, porque parece, donde esta la línea, creo que ahí va a ir la ruta. Vamos a tener que levantar los caños. Ya estuve hablando con el capataz. No sería justo que alambremos y ese trabajo quedará en vano” explicitó.
Por otro lado denunció que se están llevando los postes que fueron colocados oportunamente a lo largo de 5 kilómetros y que la Unidad Ejecutora Provincial ha “demorado” en aprobar y financiar el proyecto. “Los postes los están robando”, al tiempo que mocionó “habría que hablar con el Intendente para levantar los postes, estudiar bien por donde pasa la ruta. Porque vamos a hacer un trabajo y un gasto en vano”. Sintetizó el veterano concejal.
Este comentario que terminó en moción no hace más que confirmar lo que oportunamente este medio transmitió. El presupuesto anual detallaba la erogación de 28.000,00 pesos para la alambrar y colocar bebederos con la intención de mantener alejados a los equinos de la vía pública. Posterior a la “ya ejecutada obra”, el intendente solicita al poder legislativo una autorización para destinar fondos de la cuenta general del municipio para la compra de varillas, caños y alambre; que llamativamente también se habían comprado con anterioridad a la ejecución. Dicha autorización quedó sin efecto. Los caños se plantaron, pocos días después gran parte había desaparecido, las varillas quedaron apiladas en uno de los galpones del parque automotor. El personal contratado para la colocación de los postes “a duras penas” pudo cobrar lo convenido.
Colofón de esta historia es que el financiamiento que se pretendía extraer de la U.E.P no fue posible. Nadie autorizó la ejecución y compra de materiales. Lo que nos conduce a la pregunta ¿Si las compras se realizaron, de dónde se financió esta etapa? ¿Estamos ante otro desmanejo financiero?
El comentario, casi de autocrítica del Edil Mazquiaran, no hizo más que destapar la trama que pone un manto de sospecha sobre esta problemática que aún “no tiene caballo encerrado”.

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