Sin taxis, ni colectivos escolares, vecinos con el agua dentro de sus casas y con calles anegadas es el panorama actual de Río Mayo luego de las nevadas. El clima implacable que golpea, hace más de veinte días, a la pequeña localidad del suroeste de la provincia comienza a dejar secuelas. Temperaturas en promedio superiores a los 15° bajo cero y llegando en ocasiones a los 23° centígrados.Las imágenes son reveladoras.
La acumulación de nieve y las fuertes heladas han hecho de las calles infranqueables para los pequeños vehículos y vecinos. Los taxistas temen perderlo todo y prefieren suspender el servicio. De igual manera los prestadores del servicio escolar comunicaron que con el comienzo de las clases no harán el recorrido.
Los vecinos tienen otro enemigo común. El rio subterráneo que pasa debajo del pueblo se hace presente en los patios de los vecinos. En temporada de invierno las napas de agua emergen y aparecen los llamados ojos de agua, surcos en el suelo que con el paso de los días incrementan su tamaño y profundidad. Algunos alcanzan poco más de 5 metros de diámetro. Y el agua que surge de ellos está en muchos casos 20 y hasta 30 cm; sobre el nivel del piso de las viejas construcciones de adobe o ladrillo en su mayoría.
Se ocasiona la inundación de un porcentaje importante de hogares y los baños se rebalsan, pues el agua llena y desborda las cámaras sépticas.
Mario Santa María, comerciante de la localidad, comenta que tiene uno de estos ojos de agua detrás de su local comercial ubicado sobre la calle principal del pueblo y que no sabe más que hacer.
Las autoridades municipales no le han brindado ninguna solución. Solo los bomberos han intentado solucionar el drama, pero con la ayuda de un camión del tipo carro atmosférico poco y nada se pudo hacer. Cerca de nueve mil litros que es el volumen del contenedor que se lleno en menos de 40 minutos. El pozo volvió a llenarse, en menos de media hora. Por lo que, el comerciante, reclama al municipio el envío de una retroexcavadora; para que haga una zanja que permita desagotar el agua de su patio y un galpón. Con acta hecha en juzgado de paz y presentada en el municipio, sigue esperando una respuesta hace ya tres días.
Otro ejemplo es el de Silvia Gómez también comerciante, de la localidad, quien tiene frente a su pequeño comercio una laguna que cubre toda la cuadra sobre la calle fontana.
Esta masa de agua congelada hace que la gente no pueda acceder a su local comercial, ocasionándole cuantiosas pérdidas y atentando sobre su posibilidad laboral futura.
El estado de las calles no brinda un mejor panorama, las fotos son reveladoras del problema ocasionado por el deshielo, que no cesa. Las calles, están, llenas de baches que en muchos casos representan todo un desafío hasta para los vehículos 4x4; con pequeñas lagunas de casi 40 cm de profundidad.
Desde el municipio conjuntamente con el ejército se busco paliar la situación con maquinaria vial. Luego de repasar algunas arterias de la localidad, terminaron rindiéndose ante la extrema fuerza de la naturaleza, que finalmente acabo con cualquier esperanza, quedando igual o peor la situación. Días después, en otro intento se volcaron varias camionadas de tierra sobre las escarchadas calles. No surtió los efectos esperados. La impericia provoco que se formara una pasta que con el paso de los vehículos, las huellas producidas se endurecieran con las bajas temperaturas de las heladas nocturnas y días tras días del continuo proceso, todo empeoro, terminando finalmente con la conformación de un terreno pantanoso; donde los rodados se quedaran atrapados.
Con el reinicio de las clases, luego del receso invernal, los taxistas y dueños de transportes escolares ya han anunciado que no van a continuar prestando el servicio; hasta que arreglen las calles. Como medida, necesaria, para proteger los vehículos que son su única fuente de ingreso laboral.
Los vecinos se encuentran, así, en una compleja situación; en especial aquellas personas de avanzada edad que deben trasladarse al hospital o las amas de casa que deben hacer sus compras cotidianas.
Sumemos, a esto, que los alumnos del pueblo ya no contaran con el transporte escolar, dificultándose la concurrencia a los establecimientos escolares; sobre todo en los casos de los más pequeños ante el estado en el que han quedado las calles y veredas por la escarcha.