sábado, 25 de julio de 2009

Un pequeño aporte reflexivo

“Muero feliz porque he enseñado a los príncipes a conquistar los pueblos, pero también he enseñado al pueblo a derrotar a los tiranos” Nicolás Maquiavelo.
Muchas son las personas que piensan que la, actividad, política es para cualquiera; tal circunstancia amerita un profundo análisis y meditación.
La política es, en primer lugar una actividad inherente al ser humano. Todo ser humano sin excepción es político aunque sea cierto tiempo de su vida.
Es normal que gran parte del día, sin darnos cuenta, estemos practicando actividades políticas; si nos encontraos viviendo dentro de una comunidad cualquiera.
Lo que hace diferencia, en la política, es la falsa creencia que tienen algunos que ven cada paso dado como novedoso.
Muchos creen saberlo, casi, todo y resulta ser que olvidan lo frágil y difícil que es convivir en sociedades en constante cambio y evolución.
La realidad nos demuestra, con frecuencia, que los que manejan la teoría fallan en la práctica y viceversa.
Hay elementos que son clásicos y básicos para cualquier acto político: un buen plan basado en valores humanos, un profundo respeto por los demás, un compromiso con el cambio y un esfuerzo constante por mejorar, el entorno donde uno vive, y tratar de mejorar la calidad de vida tanto como sea posible a todas las personas con las que interactuamos.
Creer que un funcionario es el ombligo del mundo y adornar sus actos de gobierno con un profundo personalismo; terminará en fracaso, casi, seguro.
En política al igual que en los deportes cuesta más que llagar al primer lugar, mantenerse ahí.
La actividad política es una cuestión que no se logra en soledad, por eso se practica dentro de la polis o ciudad.
Los que creen que la política es una actividad individual, terminan por quedarse solos.
Fallarán, en primer lugar, por que al no trabajar para el bienestar de otros, se privarán asimismo de desarrollar la vocación de servicio; ese acto únicamente capaz de ser llevado adelante en forma consiente por los seres humanos.
Todo acontecimiento vivido, en Río Mayo, pudo haber sido tranquilamente evitado.
Claro decirlo parece más sencillo que hacerlo, dirán muchos, pero practicarlo tampoco es un imposible.
Si la política ha sido definida como el arte de lo posible, como puede ser imposible gobernar. No será que los gobiernos creen que es imposible cumplir y dialogar. Por eso fallan tan claramente.
Hay quienes dicen que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen, será verdad esto.
Cuando fracasa un gobierno sea cuál fuera el nivel al que se encuentre significa, necesariamente, que también fallo el resto de la sociedad. Porque en definitiva fallaron sus representantes. Los representantes, son, quienes los deben representar allí donde los representados no están.
El respeto por las leyes es un aspecto, fundamental, las normas no son necesariamente letra muerta. Son una guía para lograr el establecimiento del orden. Si todos las violan rompen, en realidad, un acuerdo social; implícito y se desencadena el desorden y el caos.
Si la sociedad puede existir, sólo, a través de la existencia de las leyes; todo aquel que no las respete esta tratando consciente o inconscientemente de destruir una sociedad. Quién actúa así no hace, ningún, aporte para el desarrollo de las personas.
La anomia es la falta de leyes, pero la falta de respeto es otra cosa muy distinta.
Todos fueron victimas de Fri, el pueblo, las autoridades del pueblo, el gobierno y hasta él mismo.
Aventurarse a dirigir los destinos de, toda, una población sin prepararse para ello es irresponsabilidad.
La actitud napoleónica del “Témanme ellos y eso me basta” no es la mejor manera de lograr el consenso. La historia lo ha demostrado en varias oportunidades.
Debemos aprender de nuestros propios errores y evitar cometerlos de nuevo. Eso es más importante que preocuparnos por el devenir. Si ejercitamos la conciencia el futuro será mejor para todos.
Fri intento anteponer su capricho a la vida en comunidad. Equivoco los tiempos, los reinados son cosa de la edad media y hace mucho tiempo atrás la humanidad dejo de lado esta forma de gobierno.
Es necesario que como sociedad tratemos de comprender que el despotismo no nos llevará a ningún lado, que el desorden multiplica los conflictos y hace parecer más graves los que en realidad son naturales en toda comunidad.
Las cuestiones de gobierno deben ser claras desde el principio sino el más perjudicado será el pueblo.
El Intendente comenzó minimizando los reclamos populares. Cuatro o cinco son todos los que están descontentos decía. Esa tonta idea de subestimar al pueblo lo llevo a la justicia. Luego utilizo la fuerza bruta a través de su gente.
Pero seguía encubriendo su verdadero rostro. El que no tardo mucho en salir a la luz, cuándo pidió públicamente la cabeza del comisario.
Finalmente al quedarse sin enemigos que blanquear; acuso de conspiración al gobierno provincial.
Tal vez, ahora, este tranquilo y pueda llegar a entender que, a veces, el peor enemigo es el que está dentro de uno mismo.
Parece pura ironía, pero descansa sobre la mesa del ahora suspendido Intendente Rubén Fri un pequeño cuadro de Perón que tiene un mensaje claro: “lo mejor que tenemos es el pueblo”
¿Será que Rubén nunca le presto atención? Quizá porque él se presentaba como la nueva política.


Poema Ajedrez de Jorge Luis Borges


I

En su grave rincón, los jugadores

rigen las lentas piezas. El tablero

los demora hasta el alba en su severo

ámbito en que se odian dos colores.


Adentro irradian mágicos rigores

las formas: torre homérica, ligero

caballo, armada reina, rey postrero,

oblicuo alfil y peones agresores.


Cuando los jugadores se hayan ido,

cuando el tiempo los haya consumido,

ciertamente no habrá cesado el rito.


En el Oriente se encendió esta guerra

cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.

Como el otro, este juego es infinito.


II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada

reina, torre directa y peón ladino

sobre lo negro y blanco del camino

buscan y libran su batalla armada.


No saben que la mano señalada

del jugador gobierna su destino,

no saben que un rigor adamantino

sujeta su albedrío y su jornada.


También el jugador es prisionero

(la sentencia es de Omar) de otro tablero

de negras noches y blancos días.


Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.

¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza

de polvo y tiempo y sueño y agonías?


Escrito por: EL TROYANO.

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