lunes, 28 de junio de 2010

Absolvieron al matrimonio acusado de descuartizar a un hombre en Río Mayo

FUE A PEDIDO DEL FISCAL PORQUE LOS TESTIGOS NO RATIFICARON SUS DICHOS Y LO DEJARON SIN ELEMENTOS PROBATORIOS.

El matrimonio que fue juzgado por el homicidio del peón rural de Río Mayo, Claudio Choiquepán, quien apareció descuartizado el 1 de febrero de 2009 a la vera del río del pueblo, fue absuelto a instancia del propio fiscal que investigó el caso. Los testigos que declararon en el juicio no ratificaron los testimonios ofrecidos al inicio de la investigación y lo dejaron sin pruebas. La Fiscalía pretendía condenarlos a prisión perpetua y ante ese sorpresivo revés durante el debate, debió pedir la absolución.

Tal como lo adelantó Diario Patagónico en forma exclusiva, el éxito de la causa estaba en peligro a partir de la sorprendente amnesia que presentaron los testigos al momento de declarar en el juicio por el homicidio de Claudio Choiquepán. Es que ninguno recordó nada ante el tribunal, de lo que habían atestiguado en la etapa de investigación. Incluso, haber sido entrevistados por el propio fiscal general Raúl Coronel. Ello no hizo otra cosa que beneficiar con la duda al matrimonio acusado.

El juicio se desarrolló entre el miércoles y el viernes en Río Mayo. Durante el viernes se efectuaron los alegatos y el Ministerio Público Fiscal debió instar la absolución, a partir del revés que sorpresivamente le dieron los testigos que ofreció para el debate.

“Nos quedamos sin pruebas”, se lamentó Coronel y explicó que los testigos que entrevistó durante la etapa de investigación, cuyos relatos lo condujeron al matrimonio que fue acusado, cambiaron la versión durante el debate y dijeron que no se acordaban.

Al principio de la causa, cuando se efectuaron las detenciones del matrimonio acusado -Eva Romero (40) y Ricardo Conchillo (50)-, sus hijos y un vecino, la mujer le dijo a los investigadores que había sido su marido quien mató a Choiquepán, aunque más adelante amplió su declaración asegurándoles que ella no estuvo presente en el hecho y que lo sabía porque se lo contó su marido. En el juicio se reprodujo ese testimonio porque la acusada se negó a declarar. De todas formas no fue suficiente.

EL PERRO

La aparición del perro de la víctima en la casa de un amigo fue el dato inicial que llevó a los investigadores a poder identificar al cuerpo.

Se debe recordar que las extremidades y la cabeza aparecieron el 1 de febrero en un medio tambor de 200 litros, a la orilla de río Mayo y fueron unos pescadores quienes descubrieron el macabro hallazgo. Pero al principio no se sabía a quién le correspondían esas partes, incluso apareció un hombre que reconoció el cadáver como el de su hermano y cuando lo estaban velando el supuesto muerto lo llamó por teléfono contándole que estaba en Las Heras. Ahí casi se muere el deudo.

Más allá de ese dato anecdótico, pasaron casi dos semanas hasta que se logró identificarlo como Claudio Choiquepán. Fue luego de cotejar las huellas dactilares, sobre la base de la sospecha del amigo a cuya propiedad llegó el perro del por esos días desaparecido.

Para entonces ya existían rumores sobre los presuntos autores y un testigo afirmó haber escuchado al hijo del imputado atribuirle el hecho a su padre. Ese y otros datos que recabaron los investigadores permitió llegar a la familia de Eva Romero y Ricardo Conchillo, quienes al principio estuvieron presos junto a sus hijos y un vecino, aunque estos últimos después fueron desvinculados.

En busca de evidencia se allanó la casa que ocupaba el matrimonio, la cual le pertenecía a la víctima y ya les había advertido que tenían que devolvérsela, auque ellos no habrían tenido la intención de hacerlo porque habrían pretendido quedársela. Incluso, según la investigación, acudieron al Juzgado de Paz para firmar un documento que les otorgara derechos sobre el inmueble y también a la cooperativa del pueblo para poner los servicios básicos a su nombre, sin embargo nada de ello consiguieron.

En los allanamientos se secuestraron varios elementos y se levantaron rastros de manchas hemáticas, en las cuales se mezclaba sangre de la mujer y de la víctima, pero ellas podían ser de larga data, teniendo en cuenta que todos convivían bajo el mismo techo.

En conclusión, las pruebas colectadas y los testimonios que se reprodujeron antes los jueces: Jorge Criado Arrieta, Ricardo Raúl Rolón y Alejandro Rosales, no fueron suficientes para reclamar la responsabilidad penal y la prisión perpetua, como lo pretendía la Fiscalía y en consecuencia fue que se instó la absolución, la cual fue compartida por los defensores Juan Maidana (de Eva Romero) y Tomás Maleaba (de Ricardo Conchillo). Con ese resultado, el matrimonio consiguió finalmente la libertad y ya no podrá ser juzgado por el mismo delito.

Publicado por: Diario El Patagónico. Fotos. Rio Mayo 1935.

Nota Relacionada: http://riomayo1935.blogspot.com/2009/02/asesinado-descuartizado-e-incinerado.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Descartando a los que estaban acusados y son inocentes según la justicia, fue algún/a otro/a entonces, o varios los autores. Y que andaban sueltos mientras los inocentes estaban presos. Lo único que falta es que la (in)Justicia diga que fue por muerte natural, y todavía haya quien lo crea.

Pero no me digan, quién se cree que a la (in)Justicia le importe lo que le pase a un pobre gaucho de un pobre pueblo con 1500 votos. Y si no se hace justicia por la vida de un tipo en un pueblo chico, ni sueñen con ver a todos los demás corruptos a nivel provincial y nacional cumpliendo una condena o devolviendo lo que se robaron, roban y seguirán robando.

Otro tema, quién piensa que hay personal capacitado o quienes deberían investigar, como para salir más de un año después a cortarle el rastro a cualquier otro presunto autor??? No va a ser la policía del pueblo no, ni la nacional, ni el escuadrón. Nadie.

Propongo que se nombre alguna calle con el nombre de Choiquepán, para que no se olviden de una muerte que quedará sin resolver. Para que el pueblo que está acostumbrado a estos hechos lamentables, sienta aunque sea una piedrita en el zapato al recordar una calle con el nombre de este hombre.

Y tampoco sean inútiles las muertes del pobre tipo que cayó en un pozo que no estaba señalizado, del chico que tuvo el accidente trabajando para hacer las cloacas, y tantos otros que mueren y la vida del pueblo sigue como si nada. Sólo el dolor de las familias y nada más.

Al pueblo siempre le faltó memoria. Entre tantas muertes absurdas se van olvidando qué pasó primero, a quién le robaron después, a quién mataron al final. Y la noticia se hace vieja, miramos para otro lado porque no pasó en mi casa. Y otro hecho, otro robo y otra muerte. Después decimos pero eso fue hace quince o veinte años, quién habrá sido, por qué no se evitó, por qué no se hizo justicia.

Ahí viene el recambio generacional con las lecciones mal aprendidas, el mismo hecho, el mismo robo, los mismos muertos. Diez años atrás o veinte esto siempre fue igual, y que digan sino los más viejos. El mismo Rio Mayo violento, las mismas causas, la gente que se olvida de las cosas, sin culpa ni culpables, y el rio siempre corriendo por abajo del puente viejo.

Espero que se publique.